lunes, 25 de marzo de 2013

21 de diciembre

a Diana.

Se despertó bajo una luz de día que no conocía. Pero era una luz muy bella.

No la conocía porque llegó a esa casa en la tarde. Tras pasar una mala noche de malestar estomacal y vómito, aquella mañana le llenó el alma y lo recompuso.

La luz que veía desde donde estaba era la de un sol fuerte, pero aun bajo. Su tono anaranjado y la noche precedente hacían que ese momento pareciera una fantasía.

Tardó unos instantes en entender dónde estaba. Esa pequeña confusión que al despertar nos produce el amanecer fuera del lugar acostumbrado.

Y esa luz.

Había dormido sobre un colchón inflable en el suelo al que no se habituó en la noche, pero que ahora se le antojaba delicioso. Representaba la libertad de no tener ninguna obligación más que disfrutar ese día.

Luego vio el otro colchón a su lado.

Y tenía que ser salada

Y entonces dejás que la noche caiga y bese la playa, la arena, el agua salada.

Nunca me ha gustado el mar ¿sabés?, te irrita los ojos, se ponen rojos y no podés ver nada. Pero de lejos, aquí, desde la arena, es otra cosa.

Y entonces sale la luna y se pone oscuro y ya no hay más sol.

Siempre me he preguntado cómo los seres humanos tenemos esa seguridad de que al día siguiente saldrá. Es costumbre, es pura costumbre, ¿y si un día no sale? ¿y si no saliera? digamos, que nos vacile y así. Entonces sería una noche muy larga, fría, oscura, así como son las noches. Pero bueno, total siempre termina saliendo. Debe ser aburrido, o tal vez no.

Me han dicho que el tiempo en el espacio pasa diferente, que es otra cosa. Eso del tiempo es todo un tema.

Ahora salen las estrellas, bueno, no salen, se hace más oscuro pues.

Pucha, como para que fuera dulce toda esa agua. 


viernes, 15 de marzo de 2013

Viernes

"¡Están llegando muy rápido los viernes!"

Dijo preocupada mi hermana... hace 7 días.

Y no me dio tiempo de publicarlo.

lunes, 4 de marzo de 2013

Este joven (Semblanza)

Es un joven que acaba de cumplir su mayoría de edad. En su rostro aún se anidan rasgos de niño que alcanzan su punto mayor en sus ojos brillantes y redondos. Tiene una pequeña nariz, cejas tupidas como escobas y mejillas marcadas por los cambios de la adolescencia. No hay en él rastros de barba ni asomo de bigote. De su ovalada cabeza brotan negros cabellos, que cuentan que rara vez los visita un cepillo. Se lo había dejado crecer cuando terminó el colegio porque allí le ordenaban tenerlo corto; ahora se lo había cortado porque decían que todos los universitarios lo usaban largo. Su piel no es del color bronce ni como leche, está en medio de ambos. Sus largos dedos –de pianista, dicen- hacen juego con su figura: un poco largo y bastante flaco, hasta sus costillas asoman ligeramente en su torso.

viernes, 1 de marzo de 2013

Correos viejos

Estaba buscando unos trabajos viejos entre mi correo electrónico. El asunto de uno me indica que ahí los debí haber adjuntado.

Eso davi, saludos de vos mismo del pasado ;)

Fechado el 21 de setiembre de 2010 a las 00:23.

Hasta me saltó el corazón, no recorda haber escrito eso.

Ya ven, me logré comunicar con el futuro.