lunes, 25 de marzo de 2013

Y tenía que ser salada

Y entonces dejás que la noche caiga y bese la playa, la arena, el agua salada.

Nunca me ha gustado el mar ¿sabés?, te irrita los ojos, se ponen rojos y no podés ver nada. Pero de lejos, aquí, desde la arena, es otra cosa.

Y entonces sale la luna y se pone oscuro y ya no hay más sol.

Siempre me he preguntado cómo los seres humanos tenemos esa seguridad de que al día siguiente saldrá. Es costumbre, es pura costumbre, ¿y si un día no sale? ¿y si no saliera? digamos, que nos vacile y así. Entonces sería una noche muy larga, fría, oscura, así como son las noches. Pero bueno, total siempre termina saliendo. Debe ser aburrido, o tal vez no.

Me han dicho que el tiempo en el espacio pasa diferente, que es otra cosa. Eso del tiempo es todo un tema.

Ahora salen las estrellas, bueno, no salen, se hace más oscuro pues.

Pucha, como para que fuera dulce toda esa agua. 


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