miércoles, 19 de junio de 2013

Cine sobrecondimentado

Hace unos días vi la nueva película de Superman en el cine, una película de acción. Es común que las películas de este género estén cargadas de explosiones y efectos especiales, pero esta última me hizo pensar en lo sobrecondimentadas que están muchas de las películas recientes. Lo malo no es eso por sí mismo, sino que no haya una opción diferente en cartelera.

Una vez vi un documental sobre cómo hacían las grandes compañías para diseñar los sabores de las papas tostadas y tortillitas. La idea es que al meterlas a la boca y masticarlas se exciten todos los sensores de sabor lo máximo posible, pero que al tragar no quede rastro. Las industrias invierten millones y millones de dólares para lograr esto porque inmediatamente tragada la papita, se quiere otra. Así se consumen más.

Esa estrategia es la misma que utiliza la coca cola o la pizza de las empresas de comida rápida. Comida sobrecargada en condimentos y sabores artificiales (carne que no sabe a carne y salsa que no sabe a tomate), hechas para casi aturdir el paladar cada vez que se injieren. La gente se acostumbra a querer solo comida así, aunque como alimento nutritivo nadie la recomiende.

Creo que así pasa con esta película. Y es que Superman tenía que superar a sus rivales de Iron Man y Los Vengadores con todo su elenco de superhéroes y explosiones, porque Superman es Superman. La solución fue echar contra el planeta a un enemigo extraterrestre. Casi toda la película se fue en peleas y explosiones a escala de invasión planetaria, incluidas escenas donde se agarran alrededor de un satélite y lo destruyen. Por cierto, la Tierra queda con un lindo túnel de lado a lado.

Esas escenas, los efectos, el sonido… todo hecho para saturar los sentidos e impresionar de manera fácil.

Sí, también había diálogos con discusiones interesantes, que le dan a uno algo en qué pensar. Por ejemplo, se critica la producción por ingeniería de las y los descendientes del planeta. De esta forma, la gente nacía con un rol asignado e inalterable en la sociedad. Una idea que es recurrente en la historia humana, de si hay quienes nacen para mandar y otros para ser mandados. El papá de superman cree que esto fue lo que causó la destrucción de esa sociedad y de su planeta. Por eso tuvieron a su hijo, el primero en siglos en nacer por procreación y con capacidad para elegir qué hacer de su vida.

También discutían si había una dinastía superior entre las de Kryptón que debiera ser preservada sobre las demás ante la extinción del plante y, de ser así, quién podía determinar cuál era. Además, hay otro par de lecciones rescatables que el protagonista aprende de su mamá y papá terrestres.

Lo único es que estas reflexiones son muy breves, casi que incluidas para poner más explosiones. Algo así como un descanso entre pelea y pelea.

En cambio, hay muchas películas que sí cuentan una historia. No tiene que ser una gran odisea, sino una reflexión sencilla. Y no requieren de grandes presupuestos ni de tantos efectos, se la juegan con buenos diálogos y actuaciones y a veces ni eso. Películas donde lo principal es el contar algo.

Es el cine que quisiera ver. Respeto que haya gente que prefiera las películas de acción y bastante condimentadas; yo también disfruto una de vez en cuando. El problema no es ese. El problema es que las salas de cine cercanas no programan otras opciones. De ocho salas, pueden proyectar Superman en cinco y Rápidos y Furiosos en las otras tres. Y así se mantendrá durante todo el mes y el ciclo seguirá con nuevos estrenos.

De nuevo, se vale querer ver una película por entretenerse y pasar el rato. A lo que voy es que son pocas veces las que proyectan cine con alguna historia que diga algo, que le apele a uno como persona. A la dirección de la empresa le resulta más rentable pasar películas sobrecondimentadas todo el día. Lo malo es que el paladar se acostumbra y después no se logra apreciar otro cine que tenga sabores más sutiles aunque más profundos. Lo que quisiera es tener más oportunidades de salir al cine y poder ver una de esas historias.

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