lunes, 25 de febrero de 2013

Quisiera decir, quisiera la certeza

Leo este artículo sobre el problema del narcotráfico global que, faltaba más, menciona la guerra en México.

(Acabo de notar lo grande del asunto: México es un país en guerra. Ponele el apellido que querás, "contra el Narcotráfico" si te parece. ¿Guerra civil? no hay guerras civiles, de todos modos. En guerra, carajo)

No son los datos los que más me llaman la atención, que son muy valiosos y reveladores. Es la reflexión que la autora incluye cerca del cierre. (Y disculparán poner una cita tan larga para los tiempos de la red).

Me parece, en suma, que hay que decir que las víctimas mexicanas de la infausta “Guerra contra el Narco” que ha caracterizado al sexenio de Felipe Calderón, merecen memoria y reconocimiento. Se calculan cifras en torno a ciento cincuenta mil muertos. No podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento de tantas familias, ante las muertes de tantas personas, ante el maquillaje de las mismas cifras por un gobierno que ha dado luz verde a las tácticas de la guerra sucia 

Tal vez fue la música que sonaba de fondo (esa canción que ahora es anónima, pero que supo transmitirme la emoción). Pero ese fragmento me hizo sentir el dolor y la angustia de una guerra, de la guerra que viven en México.

¿Imagina la desesperación de no encontrar salida a un conflicto que escapa de sus manos y de las de su vecina y de las de su familia?
 
No es la primera vez que me pasa. Que parece, por un brevísimo instante, que siento lo que estas personas.

Me identifico, pero se me olvida.

Se me olvida el dolor humano que hay detrás. De este y de tantos otros problemas de los que hablo y me intereso, a los que la costumbre me hace tratar frívolamente.

Se me olvida.

Quisiera decir que le pasa a todo el mundo para quitarme la culpa ("mal de muchos, consuelo de tontos"). Quisiera la certeza de que a nadie más le pasa, para confiar en un ambiente para el cambio.

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